Sin que lo pidiéramos y sin darnos cuenta nos trajeron a la vida, hasta que un día nos percatamos que ya estábamos aquí; seguro que nos sentimos perdidos en un mundo desconocido y que para poder sobrevivir y desarrollarnos necesitamos el cuidado, el amor y el apoyo de nuestros padres. Nuestra vida estaba en manos de nuestros creadores o de quienes deciden cuidarnos.
El amor y la protección de nuestros padres garantiza la sobrevivencia y el poder completar nuestro desarrollo evolutivo como seres humanos. Nuestros padres son las figuras más importantes en nuestra existencia ya sea para bien o para mal; son parte de nuestra estructura psíquica.
Nuestra madre es tan importante en nuestra vida, ya que ella quien nos prodiga amor y es la encargada de nutrirnos. En su regazo nos hace sentir seguros ante un mundo desconocido y que nos cimentará para enfrentar de manera segura el mundo que nos tocará vivir.
Nuestro padre es quien nos reconoce, nos protege y con su mirada nos guía al decirnos lo que está bien o bien lo que está mal; es quien nos conduce al futuro para poder lograr alcanzar vivir nuestra etapa adulta con éxito.
La vida es un proceso evolutivo que va por etapas y cada etapa nos representa un desafío que tenemos que salir airosos para poder pasar a la siguiente etapa con éxito. Si nos atoramos en alguna etapa nos se estancara nuestro desarrollo evolutivo y nuestra vida se volverá un verdadero sin sentido.
La etapa de la infancia es una etapa muy vulnerable que vivimos por ser inocentes y no tener la capacidad física y cognoscitiva para poder defendernos de un mundo donde vive gente perversa. Además, nos es imposible por nuestra corta edad poder enfrentar, comprender y asimilar situaciones dolorosas como son las pérdidas, las enfermedades, las catástrofes y las heridas emocionales como son el abandono, el rechazo, la injusticia, la traición y la humillación.
La etapa de la adolescencia es la más arriesgada que nos toca vivir, ya que como adolescentes aun somos inmaduros; actuamos de manera impulsiva y emocional. Sentimos que nadie nos comprende, y por ello andamos enojados y en conflicto con nuestros padres. Es la etapa en la que nuestro desafío principal es encontrar nuestra identidad. Si no la encontramos, entramos perdidos a la siguiente etapa, sin poder continuar con éxito con nuestro desarrollo vital.
Los riesgos que corremos como adolescentes son las adicciones, malas compañías, enfermedades de transmisión sexual, participar en actos delictivos, embarazos no deseados, fracaso escolar, vagancia, trastornos alimenticios y emocionales, etc. No saber hacia dónde ir.
La etapa de la adultez, es una etapa difícil si aún no estamos preparados para afrontarla. Para afrontarla se requiere madurez, ser independientes económicamente, disciplinados, responsables, comprometidos para poder lograr nuestros objetivos con un plan de acción; es decir tener un proyecto de vida propio, un trabajo, una familia, un patrimonio; por lo que es indispensable contar con autoestima, autoeficacia, autodeterminación y resiliencia para llevar a cabo nuestro proyecto de vida hacia la autorrealización; desarrollando nuestro potencial y hacer viajes, obtener grados académicos, fortuna, negocios, hijos, encontrar el amor de pareja y vivir experiencias únicas y extraordinarias, etc.
La etapa de La vejez, es la última etapa antes de enfrentamos a la muerte. Eso si hay que tener claro; lo que ya vivimos ya lo vivimos, lo que no vivimos ya no podremos regresar a las etapas de la juventud para aprovechar nuestra vida y poder enmendar nuestros errores. El tiempo no perdona, por lo que si hemos vivido una vida fallida, será para nosotros una etapa triste y se vivirá con angustia por llegar solos sin amigos, sin los cuidados y amor de nuestra familia, enfermos y frustrados por no haber podido lograr lo que queríamos y tal vez por vivir sin sentido de vida.
Si logramos vivir una vida autorrealizada, donde fuimos capaces de desarrollar nuestro potencial, alcanzar nuestros sueños y nuestros objetivos. Hemos sido capaces de salir avante ante las adversidades de la vida, de nutrir relaciones amorosas con amistades y familiares; seguramente viviremos una vida satisfactoria, saludable y con el amor y cuidado de nuestros familiares y con la felicidad que da tener amigos para recordar lo hermosamente vivido con felicidad.
La etapa de la vejez es una etapa que se vive con mucha sabiduría donde nuestras obras, nuestro patrimonio y nuestras experiencias quedarán para las próximas generaciones. La vida ya está hecha y con gusto estamos preparados para enfrentar nuestro destino final; el fin del ciclo vital. Así es la vida, por lo que de la vida hay que esperar lo mejor y prepararnos para cualquier situación dificil que pudiera surgir.
¡VIVE LA VIDA A PLENITUD!
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Psic. Mtra. Teresa de Jesús Avilés
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