Nuestra vida inicio muchísimo antes de nuestro nacimiento, muchísimo antes de la misma fecundación. Por lo tanto, empezó con la vida de nuestros ancestros.
Fueron ellos quienes iniciaron nuestra historia y gracias a sus pasiones nos transmitieron la información genética que determino nuestro color de piel y de ojos, estatura, forma del cabello, complexión, forma de procesar la información, inteligencia, ciertas enfermedades, capacidades, talentos, el temperamento, etc.
Además nos han heredado su cultura, su lengua, sus creencias, sus costumbres, sus rituales y su historia personal que de alguna manera afecta nuestra vida y es nuestra propia historia personal y la de nuestros descendientes.
La sabiduría la hemos obtenido a través de todas las generaciones que nos han precedido. Somos lo que somos gracias a lo vivido a través de nuestros ancestros quienes aprendieron, generaron filosofía, ciencia y la transmitieron. Este conocimiento nos ha permitido evolucionar como humanidad.
Hay que recordar que estamos aquí por las pasiones de hacer el amor de nuestros antepasados, que gracias a este acto de hacer el amor, procrearon a nuestros padres, que tenían que encontrarse en el acto donde se produjo la fecundación del esperma y el óvulo, pero tenía que ser en ese preciso instante para que coincidieran ese esperma y ese óvulo que nos ha dotado de todas las características físicas y psicológicas; así como de las estrategias naturales para sobrevivir.
Imagínate si otro esperma hubiera llegado a fecundar el óvulo, o bien si hubiera sido otro óvulo que le tocara ser fecundado, ¿estaríamos aquí leyendo este artículo?
El milagro de la vida se dio con ese encuentro, acto de hacer el amor, y todos estamos aquí para transmitir a nuestra descendencia la información genética y el conocimiento acumulado a través de todas las generaciones.
Si queremos trascender hay que procurar dejar un mundo mejor a nuestra descendencia y a las siguientes generaciones. Es importante desarrollar nuestro potencial y talentos para ponerlos al beneficio de la humanidad y asegurar su evolución y así preservar su existencia, a través del tiempo de los tiempos.
Nuestra vida propia es efímera y logramos trascenderla al transmitir la semilla de vida y el conocimiento de nuestros antepasados a nuestra descendencia y dejar un mundo mejor a los que estar por llegar al termino de nuestro ciclo vital.
La existencia e historia de la humanidad tiene que continuar, pero hay que procurar transmitir lo mejor de nosotros mismos y no ser parte de su destrucción. Sino todo lo contrario es menester ser guardianes de la humanidad para preservar su existencia hasta el infinito. La extinción de la humanidad sería irremediable.
Nuestra misión es ser guardián de la preservación de la la humanidad; pasando los genes, el conocimiento y velar por su desarrollo y no por su destrucción.
A tus órdenes
Ps. Teresa de Jesús Avilés R.
E-mail: teresa.aviles@yahoo.com.mx
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