¿Qué es el tiempo? El sabio lo sabe pero no lo podría definir, ya que representa la eternidad que no tiene ni principio ni fin, no tiene olor ni sensaciones, pero a la vez rige la vida interna y externa del hombre, que le marca su principio y su final de su ciclo evolutivo; sus procesos biológicos, sus acontecimientos sociales y culturales.
El ser humano vive su vida por etapas, es decir tiene un ciclo evolutivo, que inicia al momento de nacer y termina al momento de morir, lo cual puede suceder en cualquier momento inesperado. Una vida individual es poco factible que dure más de 100 años, donde en este marco del tiempo, el hombre crece, aprende y evoluciona; parte desde el momento mismo del nacimiento, pasa por la lactancia, la infancia, la adolescencia, la juventud, la madurez y finalmente la vejez, que es el preludio al destino final que significa el cierre del ciclo evolutivo, es el momento de decir ¡Adiós!, el tiempo ha terminado.
El tiempo pasa sin cesar y lo que se ha vivido jamás se volverá a vivir, por el simple hecho de haber quedado en el tiempo pasado y no es posible volver a experimentarlo; nunca más se volverá a ser bebé, a dar los primeros pasos, a ir por primera vez al preescolar o bien a sentir lo que se sintió con el primer beso en la adolescencia, etc. Lo vivido esta vivido y se acabo, viene lo que sigue. Por este motivo es relevante tomar conciencia de la importancia de aprovechar el tiempo y disfrutarlo durante el marco del tiempo que toca vivir la experiencia humana. Cada etapa evolutiva debería ser vivida de forma plena con los cinco sentidos, la cual tiene que ser trascendida con éxito para poder enfrentar los desafíos que implican vivir la siguiente etapa evolutiva. El fin es aprovechar el tiempo para lograr una vida plena, productiva y placentera, de lo contrario se experimentara todo lo contrario con ese sentimiento doloroso que es la frustración.
El tiempo para el hombre es un flujo continuo de acontecimientos y de vivencias, que va conformando su propia historia personal y que va desarrollando su personalidad. El flujo continuo de acontecimientos, sucesos, vivencias y experiencias erigen hitos reconocibles, que permite saber si el tiempo existe o no o si va lento o va rápido.
El tiempo sirve al hombre como guía del Yo interno en función a lo que necesitan, desean y aman. Para el ser humano, el tiempo se estructura con el pasado, el presente y el futuro; que deben vivirse de forma consciente para aprovechar lo que la vida ofrece y no arrepentirse por no haberlo vivido.
El lamentarse o culparse por los hubieras o por lo que se hizo o se dejo de hacer, ya es neurótico; causa sufrimiento hacerlo, ya que no se puede hacer nada. Lo único es tener conciencia de aprovechar el tiempo que queda para disfrutar la vida y poder trascender el tiempo al dejar nuestro ejemplo a las siguientes generaciones, al vivir una gran vida.
Ciertas neurosis hacen mal uso del tiempo:
El tiempo para los obsesivos se detiene y no avanza, ya que se quedan fijados en sus ideas o pensamientos catastróficos o de referencia. En el caso de los obsesivos compulsivos, el tiempo no avanza por tener que repetir constantemente los rituales.
El tiempo para los melancólicos, se queda estacionado, por anhelar los tiempos maravillosos que fueron vividos en épocas pasadas; o bien por centrarse en revivir los hechos dolorosos que generan resentimientos.
El tiempo para las personas maníacas, va muy de aprisa, ya que quieren vivir el futuro de forma inmediata y acelerada.
El tiempo para los adictos, es evasivo, con sus adicciones no viven el tiempo presente.
El tiempo para los impacientes, puede provocarles trastornos del sueño y alimenticios, que lo manifiestan con irritación, mal humor y angustia. El impaciente no sabe gestionar su tiempo al realizar sus actividades y así poder lograr sus objetivos. Los impacientes van por la vida causando conflictos consigo mismos y con los demás.
El inconsciente del ser humano es el único que no tiene tiempo; ya que ahí residen los eventos y las situaciones que ya se vivieron y al momento de acceder a ellos nuevamente, se vuelven a vivir en el tiempo en que se suscitaron, en el tiempo presente y volverlos a vivir en el tiempo futuro. Además, la muerte y la vejez, por ser temerarias no tienen tiempo en la mente del ser humano por la angustia que genera con sólo pensarlo.
¡Disfruta tu tiempo!
La vida debe disfrutarse en el marco del tiempo dado, empleando los cinco sentidos; sabiendo escuchar, amar y deleitarse con la naturaleza. Así como también, es necesario ser productivo y lograr desarrollar el potencial al adquirir habilidades y destrezas. Es importante vivir con amor a uno mismo, a la familia, a los amigos, a la humanidad, a la naturaleza, a la profesión. El amor da sentido al tiempo que toca que toca vivir y a la vez, permite poder trascender el tiempo después de la muerte, al ser recordados por haber aprovechado el tiempo al edificar una gran vida que pueda aportar algo al desarrollo evolutivo de las siguientes generaciones.
¡Es tu decisión!
A tus órdenes
Ps. Teresa de Jesús Avilés
teresa.aviles@yahoo.com.mx