El tema que se aborda en esta ocasión es un tema crucial para la vida de cualquier ser humano, que significa la salud y la felicidad de su pequeño hijo y de sus generaciones por venir.
«EL VÍNCULO MATERNO»
Que tan importante es el vínculo materno en el desarrollo físico y psicológico de todo ser humano, ya que de este vínculo va a depender el desarrollo cognitivo y emocional que se verá reflejado en un ser humano sano, feliz, motivado, con deseos de autorrealizarse y trascender en pos de la humanidad.
Sólo lo madre es capaz de establecer ese vínculo amoroso con su hijo por su naturaleza sagrada y divina. La causa que más sufrimiento provoca en la vida de todo ser humano es el desamor y el abandono de su madre; la mujer quien debería amarlo y protegerlo de manera incondicional.
El vínculo afectivo que se establece entre madre e hijo se le llama apego, que resulta ser imprescindible para la sobrevivencia del futuro adulto. Todo empieza cuando la madre amamanta a su indefenso hijo; no tan sólo se trata de satisfacer su necesidad fisiológica, sino la manera en cómo lo alimenta, cuando lo mira tiernamente, lo acaricia, le habla con palabras amorosas, le canta, etc. Es un encuentro amoroso donde el contacto íntimo entre el bebé y su madre se establece con el contacto de piel a piel, el olor que se emanan, la voz, la ternura, etc. Estas conductas permiten que el bebé pueda desarrollarse de manera sana tanto en el plano físico como en el psicológico.
«ES UN ENCUENTRO EXCLUSIVO E INTIMO DE AMOR
ENTRE MADRE E HIJO»
Ya el modelo de reducción al impulso, afirmaba que el niño se apega a quien le da de comer y que mediante la repetición de la conducta se va estableciendo el apego. Sin embargo, Melanie Klein decía que la relación entre madre e hijo va más allá de la mera satisfacción de las necesidades fisiológicas.
Cuando el bebé succiona el pezón de su madre, se estimula la hormona de la prolactina, que es una sustancia que produce las conductas maternales. La leche de la madre estimula el crecimiento y desarrollo del cerebro y de otras funciones importantes del organismo de su hijo. Cuando la madre calma las sensaciones angustiosas de su hijo de manera amorosa, le brinda seguridad y confianza, al sentir que está en buenas manos; lo prepara para que pueda enfrentar los siguientes desafíos que se le van a presentar en sus siguientes etapas evolutivas.
El pequeño de manera innata desarrolla ciertas estrategias para poder obtener las atenciones y cuidados por parte de su madre, por ejemplo, despierta ternura con sus sonrisas y miradas o bien se da entender a través del llanto. Es un asunto de supervivencia de la especie, por lo que la naturaleza equipa al ser humano con estas conductas innatas y a los adultos para responder a ellas. De acuerdo al modelo del condicionamiento operante, estas conductas al repetirse constantemente se condiciona el refuerzo. Sin embargo, con la extinción de la conducta, aunque la figura de apego ya no esté presente o haya sido una madre maltratadora, perdura este lazo de por vida en la psique del ser humano.
Freud, considero que el vínculo de apego de madre e hijo es crucial en el desarrollo de la personalidad del futuro adulto, ya que el apego establecido entre la figura materna y el pequeño brinda la seguridad emocional y la confianza necesaria para que el pequeño sea capaz de explorar su medio ambiente y vaya desarrollando su capacidad de maduración cognitiva.
Bowlby fue un psiquiatra psicoanalista que estudio el efecto que se producía en las instituciones donde los huérfanos estaban privados del vínculo materno. Ahí se da cuenta que no es importante sólo alimentarlos y protegerlos de los depredadores, sino que se necesita de ese vínculo íntimo amoroso que sólo la madre es capaz de establecer con su hijo. Los niños que fueron criados en estas instituciones presentaban problemas para formar y mantener relaciones íntimas; además de presentar depresiones irreversibles.
Bowlby ya señalaba que las tendencias del bebé para que los adultos estén al pendiente él, son innatas y que los adultos están preparados por la evolución a responder a las señales que emiten los bebés para que este pueda sobrevivir al período crítico evolutivo de indefensión por el cual está atravesando.
Es una estrategia de la naturaleza para perpetuar la especie, pero no tan sólo hay que traer hijos al mundo para que sobrevivan, hay que brindarles ese vínculo amoroso para evitar en el futuro adulto trastornos mentales, depresiones y una vida vacía, estéril y frustrante.
El vínculo materno debería ser tan natural, basado en el amor, que representaría criar hijos sanos, felices y plenos en todos los sentidos, que se transmitirá de generación en generación hasta el fin de los tiempos……..
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Lic. Teresa de Jesús Avilés
Psicoterapia Humanista
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