Lógico es pensar y creer que los padres aman de manera incondicional a sus hijos y que buscan siempre su bienestar sobre todas las cosas, por el simple hecho de haberles dado la vida. Inconcebible creer que los padres son capaces de dañar a sus propios retoños con insultos, descalificaciones, abandono y golpes.
Nuestros padres deberían significar nuestra fuente de amor, nuestra guía, la fuerza que nos sostiene e impulsa por habernos formado con carácter y fortaleza para poder sortear y salir adelante ante situaciones limitantes o adversas que se nos presentan a lo largo de nuestra vida.
¡Para formar hijos fuertes, el amor es esencial y fundamental!
Lamentablemente, la realidad es muy distinta; existen padres crueles, indiferentes y abusivos, que son nocivos y tóxicos para la vida de las pequeñas criaturas que aún no tienen la capacidad de defenderse ante los ataques físicos, verbales y psicológicos de quienes deberían ser su protección, su seguridad y su fuente de amor.
Aquí empieza la historia de sufrimiento de muchos seres humanos, con la interacción con sus propios padres o tutores, con la forma en que los trataron y educaron. Estas criaturas van creciendo con sentimientos encontrados entre amor y odio, van enfermando por el resentimiento, rencor, odio provocado por la falta de amor. Son personas que no son felices porque se sienten traicionadas, abandonadas y solas y que nada puede llenar ese vacío existencial; sintiendo culpa y enojo a la vez. Estos sentimientos pueden llegar a bloquear las capacidades cognitivas y emocionales, que conllevan a enfermedades físicas, trastornos psicológicos e incluso problemas mentales.
Casi todos los casos que llegan a mi consulta terapéutica por cualquier motivo que los traiga en su vida presente, por ejemplo por adicciones, problemas en el trabajo, con la familia, por baja autoestima, etc., tienen que ver con sus padres. Siempre en la terapia por lo general, se termina trabajando con los personajes más importantes en la historia de todo ser humano “LOS PADRES´”
Los padres tienen el enorme poder de acabar con la autoestima y confianza de sus hijos; ya sea haciéndolos dependientes y tiranos, por su excesivo amor que asfixia, o bien hacen hijos deprimidos, adictos y enojados con la vida, por la indiferencia o por la crueldad con las que han sido tratados.
Conozco padres que han llegado a terapia, con el motivo de que sus hijos no los quieren obedecer; lo único que les importa es imponer su autoridad y someter a sus hijos a como dé lugar; exigiéndoles que los obedezcan ciegamente, sin medir si hay abuso de autoridad. (Imagínate a estos padres con hijos que también quieren imponer su voluntad)
Sin desearlo somos hijos de victimas que hacen más víctimas en la vida; que nos hacen vivir una historia de terror por el resto de la historia. Y esta historia se repite con los hijos que vienen, a menos que los padres tomen conciencia de sus sentimientos que les provocan sus propios hijos y que ellos no son responsables de los mismos. Por ejemplo los padres proyectan en sus hijos, sin darse cuenta, sus sentimientos de frustración, de dolor, de fracasos de sus propias historias. Algunos padres confiesan en terapia no soporto a mis hijos, me agobian o resultan ser un estorbo.
¡La terapia psicológica es una muy buena opción!
Los padres probablemente, sin querer hacerlo conscientemente, son los primeros victimarios de sus hijos. Tal vez por ignorancia; por no conocer las mejores maneras para guiar o educar a sus hijos; y repiten el mismo patrón agresivo de sus propios padres, ya que es la único que aprendieron. O bien se van al otro extremo y son muy condescendientes, que resulta mucho más catastrófico porque hacen hijos inútiles y tiranos.
Traer un hijo a la vida es mucha responsabilidad ante Dios, la sociedad y con su propio hijo. Dios nos da una misión; la sociedad nos exige hombres responsables y productivos y nuestros hijos merecen una vida plena y feliz por el resto de sus días. La vida de nuestros hijos está en nuestras manos, ser padre es una gran experiencia que cambia la vida para bien o para mal, hay que pensarlo concienzudamente y mucho que aprender.
¡Ser Padre es una gran experiencia, que gracias a tus hijos la puedes vivir”
Yo pienso que para dar amor no se necesita de tanta ciencia, simplemente se siente, fluye, se expresa a través del contacto físico, con palabras de aliento, interesándose en sus problemas, en sus sueños, atendiendo sus necesidades básicas, respetando sus derechos sin críticas.
Los errores se pueden cometer por ignorancia, al final de cuentas, nadie es perfecto. Pero la falta de amor causa tanto daño emocional, que es difícil procesar los sentimientos que emergen y atascan la vida de quienes están afectados. Hay personas que llegan a terapia con preguntas incesantes que torturan su mente y laceran su corazón: “Por qué mi madre no me quiso, por qué me abandonaron, por qué fueron crueles”.
Hasta que encuentran la respuesta sienten alivio y descansan; cierran el capítulo.
Los hijos se permiten guiar con rigor cuando sienten que son amados. Los límites, la disciplina ejercida con amor harán hijos con carácter fuerte y con la capacidad para poder salir avante ante cualquier circunstancia adversa que la vida le presente.
El amor significa cuidar al otro ser humano sin dañarlo física o emocionalmente, procurando siempre su desarrollo físico, emocional, intelectual y espiritual. Las funciones de ser padres son: Cuidar de la integridad de los hijos, brindándoles protección y seguridad. Así como también, es deber de los padres cubrir las necesidades básicas de los pequeños, como son alimentos, sustento, educación y acercarlos a la vida espiritual; no importando si fueron hijos deseados o no; son nuestros hijos y es una vida humana ¡RECORDARLO SIEMPRE!
El amor incondicional significa amarlos por lo que son, no importando las diferencias de color, de ideas, de gustos, etc. Amar incondicionalmente significa aceptarlos con todas sus virtudes y defectos. No hacerlos menos o dejarlos de amar sólo porque no cubren nuestras expectativas.
Amarlos significa tenerles paciencia, recuerda que no nacieron sabios, que ellos son nuestra obra y para enseñarles es necesario educarlos con amor, comprensión, firmeza y sobre todo con mucha paciencia. Cuando ellos son educados con límites y conocen la palabra NO, les expresamos nuestro amor porque les ayudamos a fortalecer su carácter al tener resistencia a la frustración.
¡Los límites y la Disciplina también significan amor!
Quieres hijos plenos y felices edúcalos y guíalos con amor y firmeza; un poco de rigor hace bien. Que no hagan lo que tú quieras porque así lo mandas, sino porque hay una razón; y todo es para su bien. Ni les concedas todo lo que te pidan, tienes que enseñarles que se lo tienen que ganar.
¿Estás preparado para ser padre o madre para no convertirte en un padre tóxico o en una madre tóxica en la vida de tus hijos?
¡En ti está hacer el cambio para una mejor vida!
Si tienes alguna pregunta al respecto o deseas reservar una cita para terapia persona a persona o a distancia (Skype), contratar una plática o conferencia, escríbeme un E-Mail o marca el número abajo indicado, y yo con gusto te atiendo.
Mtra. Teresa de Jesús Avilés R.
Psicoterapia Humanista
Conferencista y Facilitador
E-Mail: teresa.aviles@yahoo.com.mx Cel.2227573183 (Whatsapp)
Sitio Web: www.terapiamenteycorazon.com
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